¿Qué es una sopa de letras? Un vistoso pero viscoso medio con un montón de letras que no dicen nada, confunden y transmiten caos, mezclado con un poco de pimiento y sal claro. Sí salvo la sal y el pimiento, el resto de la definición se parece a tu web, lo que tienes es una «web sopa de letras».
Hablemos del contenido de una web. Una pieza de contenido, no es otra cosa que un fragmento de texto, una imagen, un vídeo o una infografía que se utilizará para explicar un tópico. En los sitios web, que mayormente tienen fines comerciales, estos tópicos suelen estar relacionados con el modelo de negocio de la empresa y deben ser generados por alguien. Nos centraremos en el contenido en formato de texto.
Entra el Copywriter
Un Copywriter es una persona que escribe contenido sobre un tema en particular. Por ejemplo, trabajé en una época con una compañera a la que le podías dar un tema de lo que fuera, y ella haría el contenido. En el tiempo que estuvimos trabajando juntos, varios años, escribió desde contenido para cursos de cocina hasta manuales para entrenamiento de fútbol. Y no, no decía que se pateara el penal con un repollo.
El copywriter debe ser una persona con amplio dominio del idioma en el que vaya a escribir y que conozca los giros literarios del mismo para poder explayarse sobre un tema, que no necesariamente dominará.
Evidentemente se debe documentar de todo y trabajando codo a codo con el cliente que hace el encargo ya que tampoco es cuestión de escribir sin saber que decir.
Te estarás preguntando para qué necesitas una persona así tu, para tu tienda, tu hotel, tu agencia, tu restaurante. La necesitas porque es quien escribirá los contenidos que estén en tu sitio web, y estos contenidos son la piedra filosofal de tu imagen online. Serán los que conecten con tu público, los que le transmitan a tu público para qué te necesitan y sin ese contenido, tu sitio web no sirve para nada. Entonces, ¿estamos diciendo que el texto de un sitio web, es de las cosas mas importantes que hay? Un rotundo y sonoro SI.
Si es de los elementos mas importantes que hay, ¿lo dejarías en manos de cualquiera? NO, porque de ese texto depende lo que opinen tus usuarios, y si tu web es parte de tu negocio, tus usuarios son potenciales clientes.
Un texto no es un montón de letras juntas.
Cualquier texto tiene una intención, una finalidad, no está escrito porque sí, de hecho en un sitio web rara vez debería haber algo «porque si», pero menos, un texto. El texto en un sitio web tiene la finalidad de transmitir la idea del sitio al público, es decir si por ejemplo, estamos hablando de la web de un hotel, no podemos hacer hincapié en que en tu casa estarás mas cómodo. El texto tiene que tener una coherencia, estar bien escrito, sin faltas de ortografía. Mientras el usuario está leyendo, en ese preciso instante, le estás vendiendo tu imagen, si de repente se encuentra con una «J» mal puesta o una «H» fuera de sitio, tu imagen se cae en picado.
En este
pangrama
arruinado por la crueldad de las faltas de ortografía
podemos ver como decae la experiencia de un usuario que lee.
Decirlo en otro idioma o hablarle a la pared
En un mundo globalizado como el de hoy, una vez que tienes los textos para tu sitio web, viene el momento de decir lo mismo, pero en otro idioma, o sea traducirlo para que otros usuarios de otros países puedan leerlo y aquí es cuando entra la tentación de recurrir al sobrino de 16 años que está estudiando alemán y que hará la traducción de la web por la módica suma de un menú en el McDonalds. Aunque luego llegará y se pedirá una Cajita Feliz, nos saldrá muy barato hacerlo de esta forma, claro, pero luego nos costará muy caro.
Como dije antes, los textos de un sitio web, están pensados para cumplir con su función, no sirve para nada si se los traduce literalmente, por muy bien que esté la traducción literal. Tampoco sirve para nada meter el texto en el traductor de Google, y decir «listo…ya lo traduje«, porque el resultado la mayoría de las veces es horrible. Con lo que salta a la vista que no se puede dar la responsabilidad de expresar las intenciones de nuestro sitio a alguien que lo haga «lo mejor que pueda» porque seguramente será insuficiente.
Entra el traductor profesional.
Si, ese que cobra una miseria por cada palabra, y luego te preguntas como ascendió tanto la factura, y eso es debido a que un texto tiene muchas palabras y todas esas palabras tienen mucho trabajo detrás de ellas.
Un traductor profesional normalmente traduce desde un idioma que domine muy bien a su idioma natal y con esto asegura que no traducirá literalmente sino que convertirá el texto al idioma «objetivo» diciendo lo mismo pero con otras palabras.
Como conclusión si quieres que tu sitio web no sea solo una sopa de letras, tienes que lograr que los textos realmente transmitan lo que quieres y que no estén haciendo un daño en vez de un beneficio.
¿Te ha pasado de descuidar los textos de tu sitio web? ¿Has pagado con un menú por un texto?…cuéntanos tu opinión en los comentarios, de todas las experiencias se saca algo bueno.